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Prueba 1: texto, imagen y video


Desafíos en la era digital: Identidad hipermedial, alfabetización mediática e Inclusión digital

Challenges in the digital era. Hypermedia Identity, Media Literacy and Digital Inclusion

Jorge Alberto Hidalgo Toledo / jhidalgo@anahuac.mx*
Universidad Anáhuac Norte, México

Abstract
Cyberspace is a complex phenomenon, which includes financing and corporate interests, the end of property rights and moral codes; a hardware technology, a space for the self-organization of the models, a space of confusion between the libertarian ethic and the market and the political mechanisms, the productive sphere of metaphors, a historical phase. The territories of cyberspace are production, the use of new technologies, computer-mediated communities, studies of popular culture in science and technology, the growth and qualitative development of human communication mediated by computers and the economy cyberculture policy. For all this, this work reflects on what it means to be and be in digital spaces and the positioning that occupies the subject in the field of virtuality. The hybrid and unfinished character of cyberspace (hybrid landscape between regions, networks and fluids) and the subject as a cyborg (hybrid between man, machine, text, image and symbolic fluids) offer us various ethical dilemmas that must be explored, some of the addressed by the present text are: hypermedial identity, media literacy and digital inclusion and exclusion.
Keywords: Internet, Information society, Digital ethics, hypermedial identity, Media literacy
Resumen
El ciberespacio es un fenómeno complejo, que incluye la financiación y los intereses corporativos, el fin de los derechos de propiedad y los códigos morales; una tecnología de hardware, un espacio para la auto-organización de los modelos, un espacio de confusión entre la ética libertaria y el mercado y los mecanismos políticos, ámbito productivo de metáforas, una fase histórica. Los territorios del ciberespacio son la producción, el uso de las nuevas tecnologías, las comunidades mediadas por computadoras, los estudios de la cultura popular en la ciencia y la tecnología, el crecimiento y el desarrollo cualitativo de la comunicación humana mediada por computadoras y la economía política de la cibercultura.
Por todo ello, este trabajo reflexiona sobre lo que implica ser y estar en los espacios digitales y el posicionamiento que ocupa el sujeto en el terreno de la virtualidad. El carácter híbrido e inacabado del ciberespacio (paisaje híbrido entre región, redes y fluidos) y el sujeto como un cyborg (híbrido entre hombre, máquina, texto, imagen y fluidos simbólicos) nos ofrecen diversos dilemas éticos que hay que explorar, algunos de los abordados por el presente texto son: identidad hipermedial, alfabetización mediática e inclusión y exclusión digital.
Palabras clave: Internet, Sociedad de la información, Ética digital, identidad hipermedial, Alfabetización mediática

1.       Introducción. Las dimensiones éticas de la era digital
Ya Roger Silverstone afirmaba: “Nuestro mundo mediatizado se está inundando rápidamente de mensajes y llamados que hay que oír; un empalago de información, de placeres, de persuasiones, para comprar, votar, escuchar” (Silverstone, 2004). Al aplicar la ética al entorno digital cada persona pasa a ser un agente moral, un mediador ético de la realidad en el que tiene que mediar cada contenido entre las normas sociales, sus responsabilidades, estándares legales y su propia dignidad como persona (Hidalgo Toledo, 2012).
            La descentralización de la persona en la acción comunicativa digital colocaron en la agenda mediática temas como privacidad, confidencialidad, veracidad, honestidad, desregulación, indecencia, obscenidad, pornografía, equidad, justicia social, derecho y acceso a la información, libertad de expresión y manipulación. ¿Qué alternativa hay para involucrar al usuario en la reflexión-acción ante estas temáticas? La vía que se propone es la alfabetización medial e hipermedial.
            Una alfabetización medial e hipermedial integral permitiría: 1) educar para la recepción crítica, activa y propositiva; 2) formar a los individuos éticamente y para la autorregulación, la responsabilidad creativa y el manejo de la responsabilidad legal; 3) educación para la comunicación y la mediación ética de la realidad; 4) evitar procesos de exclusión digital.
            Mediante la alfabetización medial e hipermedial se puede profundizar en la acción educativa en la familia, la escuela y la sociedad; instruir y guiar a niños y jóvenes; formar juicio crítico en receptores; establecer un diálogo comprometido con los dueños de los medios y los anunciantes; fomentar un espíritu creativo que promueva la vida como una experiencia significante; impulsar el sentimiento artístico y la conciencia de la propia responsabilidad; dominar las técnicas de difusión que impulsen una educación en medios e hipermedios; Promover contenidos que construyan una vida plena de sentido; plantear una comunicación humanizada que dignifique los espacios; insistir en la coparticipación activa de todos los sectores sociales  involucrados para dignificar la condición humana; desarrollar prácticas multialfabetizadoras.
            El discurso abierto, que impulsan las redes sociales, es como señala Umberto Eco: “una llamada a la responsabilidad, a la elección individual, un desafío y un estímulo para el gusto, para la imaginación, para la inteligencia” (1990).

2.       Desarrollo: La presentación del Yo en la era digital. La dimensión axio y antropológica del self digital
¿Por qué partir desde las redes sociales para analizar las prácticas de construcción de identidades? Las redes sociales, tal como alguna vez enunció Roger Silverstone refiriéndose a los medios de comunicación, están hoy en el centro de la experiencia, en el corazón de la capacidad de muchos usuarios para encontrarle un sentido al mundo en el que viven (Silverstone, 2004). Las redes constituyen hoy un nuevo campo, un territorio de interacción entre los jóvenes, donde se posicionan como actores; donde circulan sus saberes, donde se hibridan sus expresiones.
            Las redes sociales les están permitiendo a las personas: 1) conectarse con sus seres queridos y pares generacionales académicos y profesionales; 2) reunir amistades; 3) encontrar trabajo; 4) compartir intereses, inquietudes y motivaciones. En el día a día, en el mundo off line, las redes sociales parecen estar ocultas y se vuelven más valiosas dependiendo de las conexiones que logran hacer visibles. Las redes sociales digitales (RSD) lo que han venido a aportar es la visibilidad de dichas conexiones. Los usuarios lo que están buscando en ellas, es establecer o reforzar sus contactos.
Escribir en las redes sociales digitales implica dominar el lenguaje de interacción web; Internet tienen formas particulares de sintaxis, semántica y pragmática que van más allá de los códigos tradicionales de programación.
No hay que perder de vista que las redes sociales digitales son estructuras conformadas por individuos que se vinculan para establecer distintos tipos de relaciones, así como para potenciar las interrelaciones internas y externas que ya tenían con otros grupos. Ahí las personas desean: 1) interactuar para satisfacer sus necesidades y llevar a cabo roles específicos; 2) compartir un propósito determinado; 3) interactuar mediante herramientas que facilitan la cohesión entre todos los miembros; 4) administrar sus contactos; 5) crear contenidos de interés para los demás (Paz Pellat, et al., 2009).
En las redes se ha alterado los modos de participación y co-producción de sentido. Las redes están cumpliendo funciones que van desde: facilitar la comunicación entre sus miembros; tender redes solidarias; fortalecer la socialización de los sujetos; servir de espacio para debatir ideas y convertir a los usuarios en fans de un tema, un producto, un servicio o una marca.
Las redes están tomando los medios e hipermedios como soporte cultural generacional. Se comunican con y a través de diferentes medios. Circulan de una pantalla a otra. Se la viven reubicándose en estos espacios complejos para otorgarse a sí mismos un lugar para autoproducirse e insertarse socialmente. Dejaron de lado la actitud pasiva para ser consumidores activos y, a su vez, productores de contenido simbólico socializador.
Ante la emergencia del prosumidor[1], la creación se ha vuelto continua y colectiva declinando (en los contenidos virales) la figura del autor. Las interfaces de conexión y convergencia son múltiples. Los cibernautas se saben parte de una Era de la participación en la que el mensaje es el lugar del diálogo; el mensaje es una posibilidad de inventarse y reinventarse ante los otros.
Hoy las audiencias buscan protagonismo, ser parte de la producción cultural. Impera en las redes el discurso sobre sí mismos, las narrativas que exacerban el yo. Existen en sus diálogos un culto por la imagen. En la red pareciera que todo “está ocurriendo aquí”. Impera un fenómeno de cultura internacional con retoques locales. La redes sociales son un territorio transfronterizo. Las grandes tendencias se desagregan en microtendencias.

2.1.La presentación de la persona en la vida digital

Erving Goffman (1959), en su ya clásico texto La presentación de la persona en la vida cotidiana (2009), deja ver la importancia que tiene para las personas adquirir información sobre los otros, cuando se encuentran frente a ellos. A los interactuantes les interesa saber su estatus socioeconómico, su concepto de sí mismo, la actitud que tienen hacia ellos, su competencia, su integridad. La expresividad de los individuos involucra dos actividades significantes: la expresión que dan y la expresión que emana de él; algo similar a la noción de biografía creada y la biografía autonarrada. Por tanto, se vive infiriendo al otro. Mantener interacciones implica leer al otro, inferir, conocer y comprender. Para ello las personas se basan en expresiones verbales, no verbales, interacciones teatrales e información contextual. Las impresiones se fundamentan en lo que otros recogen, correcta o incorrectamente. Toda información influye en la toma de decisión y en la manera como habrán de actuar entre sí. Por tanto, siempre habrá asimetrías comunicativas. Las personas sólo tienen conciencia de una parte y de una vía de su comunicación. Para tratar de romper toda asimetría entre lo comunicado y lo percibido, los sujetos “montan escenografías” y preparan juegos de información. Los individuos hacen verdaderos esfuerzos, casi artísticos, para penetrar e interpretar al otro. Las interacciones son interpretaciones. Cada acercamiento aporta elementos para impulsar adiciones, contradicciones y modificaciones. Ante esto puntualiza Goffman: “La sociedad está organizada sobre el principio de que todo individuo que posee ciertas características sociales tiene un derecho moral a esperar que otros lo valoren y lo traten de manera apropiada. En conexión con este principio hay un segundo, a saber: que un individuo que implícita o explícitamente pretende tener ciertas características sociales deberá ser en la realidad lo que alega ser” (2009) .
Ante este hecho Goffman distingue entre interacción[2]/encuentro[3], actuación[4] y papel[5] o rutina y rol social[6] (Ilustración 1)
Todos los individuos ofrecen su actuación y presentan su función para el beneficio de los otros. Creen en sus propios actos y están convencidos de que la impresión de realidad que ponen en escena es la verdadera realidad. Todos, por tanto, desempeñan un rol; es en esos roles donde se conocen mutuamente y a sí mismos.
Siguiendo a Goffman, la presencia del sujeto en sociedad se da en el marco de una actuación ante el otro. Las personas establecen el medio (setting) donde habrán de presentar su representación, de ahí que la secuencia sea establecer una fachada o dotación expresiva intencional o inconsciente durante la actuación para posteriormente prestar atención a las dotaciones de signos (sign-equipments) que operan como vehículos de transmisión simbólica (insignias de cargo, vestido, sexo, edad, características raciales, tamaño y aspecto, pautas de lenguaje, expresiones faciales y gestos corporales). Dada la movilidad o transitoriedad de algunos aspectos de la actuación el usuario modifica algunos estímulos como su apariencia[7] o sus modales[8]; sin embargo, siempre esperamos cierta coherencia confirmatoria entre la apariencia y los modales. Los observadores necesitan estar familiarizados con el vocabulario propio de las fachadas y saber responder ante estas.
“Una fachada social determinada tiende a institucionalizarse en función de las expectativas estereotipadas abstractas a las cuales da origen y tiende a adoptar una significación y estabilidad al margen de las tareas específicas que en ese momento resultan ser realizadas en su nombre. La fachada se convierte en una representación colectiva y en una realidad empírica por propio derecho” (Goffman, 2009, p. 41).
 La fachada es seleccionada por el individuo, con ella establece su realización dramática buscando la idealización, tergiversación, mistificación generando con ello una noción de realidad o artificio (Ilustración 2).
En el contexto digital ocurre lo mismo, el usuario también establece en las redes su montaje; su setting. En él tiene una apariencia (appearance) representada por su foto de perfil y sus modales (manner), expresados en cada uno de sus post o comentarios. En las redes emplea todo tipo de expresiones simbólicas para llevar a cabo su realización dramática y pintarán con ellas hechos confirmativos para no pasar inadvertidos.
El internauta moldea y modifica su actuación para adecuarla a la comprensión y expectativa de los otros usuarios ante los cuales se presenta. Así mostrará una impresión idealizada de sí mismo; incorporando y ejemplificando los valores oficialmente acreditados por la sociedad o las comunidades virtuales de pertenencia. Este es el caso de los adolescentes que se saben recatados y poco sociables en el salón de clase, pero que en su perfil de Facebook se muestran socializando en bares o fiestas, sonrientes, contando chistes, en expresiones alegres, rodeados de muchos amigos, siendo el alma de la fiesta.
Ante la idealización de los estratos superiores algunos usuarios postean mensajes en Facebook o construyen tableros en Pinterest en los que muestran sus aspiraciones, embelleciendo e iluminando sus actuaciones diarias. Ahí pueden publicar símbolos de status tomando posesión y expresando todo tipo de capital simbólico, social, cultural o digital.
Entre lo proyectado y la realidad siempre existe una cuña desconcertante, una diferencia, una brecha que el sujeto tratará de compensar fallos derivados la incapacidad comunicativa, la ansiedad o desinterés interactuante o falta de dirección dramática. Todas estas disrupciones tratarán de ser evitadas. Existe la posibilidad de que los mismos miembros de una comunidad de significación establezca disimuladamente una vigilancia cooperativa para velar porque se mantenga una coherencia y se evite todo tipo de falsa enunciación, transgresión de espacios o transgresión.
“La coherencia expresiva requerida para toda actuación señala una discrepancia fundamental entre nuestros “sí mismos” demasiado humanos y nuestros “sí mismos” socializados” (Goffman, 2009, p. 71). De esta forma todos pintamos un retrato, un avatar, un algo que nos representa y nos exhibe. Todo elemento simbólico es artificio, complemento de ese imaginario que se arregla y se propone ante la percepción.
El otro, espectador, acepta o recha nuestra representación en función del grado de verosimilitud o empatía discursiva que se logra establecer. Tergiversar la realidad, simular, engañar, sustituir o modificar los modales con tal de ser aceptado y socializar, era una fase notoria en la primera etapa de la red. Con la articulación que permiten las redes sociales y la manera como los algoritmos de las interfaces exhiben todo a todos, se vuelve cada vez más difícil mentir y simular.
Los usuarios se han vuelto hipersensibles lectores de la simulación simbólica. Distinguen a través de las mismas imágenes expuestas, verbalizaciones, actitudes, sistemas de relaciones y conexiones si alguien está o no diciendo la verdad. Los usuarios van poco a poco desarrollando estrategias para desacreditar pretensiones o simulaciones. Aquellos que fingen, engañan, defraudan si son identificados pueden perder su armadura simbólica tras el descredito que harían el resto de los usuarios quien fácilmente podrían desenmascararlos antes sus pares u otros nodos de conexión. De ahí que una serie de valores primordiales en el entorno digital sean la validación consensual, la confianza y la reputación digital. Ganar legitimidad, credibilidad y respeto es prioritario para el usuario digital.
Los internautas gustan de valorar su reputación en plataformas como Klout, Kred y Peer Index que miden la reputación en línea. La definición social se mide en la consistencia de la personificación. Los usuarios digitales se han vuelto estrategas de su propia comunicación cuidando que las alusiones indirectas, las ambigüedades y omisiones no tergiversen ni desconcierten al otro de la imagen que ya han creado de sí.
Las redes acentúan, amplifican u ocultan asuntos, actitudes y percepciones. De pronto mistifican y sacralizan expresiones por un lado e idealizan otras. Lo real y lo artificioso convergen todo el tiempo. Entre la actuación, la puesta en escena y el yo real, se establece el psicodrama de las redes. Los usuarios representan múltiples roles, pero a su vez expresan manifiestan múltiples expresiones identitarias.
Las redes se han vuelto un vertiginoso espacio estructurante, simbólico, de representaciones e idealizaciones, en el que fluyen recuerdos, hechos, simulaciones, sketches; en el que todo tiene noción de simulación y realidad. Desde ese territorio de representación se replantean posiciones, status, lugares sociales. Ahí se materializan simbólicamente expresiones, conductas, formas de expresión de la identidad. Esa teatralidad es la que se tratará de comprender a continuación.





 https://www.youtube.com/watch?v=NOK5rgekKis

2.2. Ser y estar en el entorno digital

“La comunicación móvil cambió mi vida en todo!
Ya no recuerdo la vida sin celular”
(Sujeto Informante Digital, SID129, México, DF, México)

Nuestra experiencia de navegación e inmersión diaria y permanente a través de múltiples medios, se ha vuelto más compleja e invasiva. En esa interlocución de los medios con nuestra vida, poco a poco han logrado escribir, grabar, almacenar, acceder, controlar, coleccionar y potenciar nuestra existencia.
            El homo signis digitalis puede llevar un diario electrónico de su vida, transmitir,  compartir, guardar  y publicar sus experiencias en tiempo real. Hoy los hombres se han vuelto curadores de su propia existencia, maquinarias y algoritmos generadores de información, escaparates de su propia soledad.
            La vida mediada nos vuelve vulnerables, mercancía digna de consumo, de contemplación (Lipovetsky, et al., 2016). Ser visto pareciera ser más importante que ser. La conexión social es un acto de comunicación, una vía de sentirse formar parte de algo, de pertenecer a una comunidad, de poseer el mismo o mejor capital social que los pares.
            Vivir en los medios implica sobreestimar el poder de las acciones, los juicios y las proyecciones de nosotros mismos. Esta conexión y desconexión indolora nos lleva a vivir en la superficie, en la representación figurativa de nuestros vínculos con los otros; en la fotografía y montaje de nuestras negociaciones.
            Simulación, sustitución y representación se remezclan en la vida mediada. La i-dentidad hipermedial no es otra cosa que esa grabación de nuestros datos almacenados en la red. Somos entonces esa comunicación continua de información que describe atmósferas, estados de ánimo, habilidades y actitudes nuestras.
            Como dispositivos de maravilla nuestra identidad fluye entre la acción, la grabación y la memoria.
            En la sociedad de la información no existe vida fuera del dato, de los flujos, de la acumulación y la circulación de performatividades textuales, icónicas, sonoras, y audiovisuales. La dimensión líquida de nuestra vida subyace en los terrenos del código, en la materialidad simbólica del lenguaje encarnado.
            Medium y fantasma ocupan un mismo cuerpo; materialidad e inmaterialidad están asociados al mismo signo (Fernández Collado & Hernández Sampieri, 2004); creación y autocreación son condiciones de nuestra naturaleza. Entre más proyectamos, más mimetizamos.
            Expectativas, actitudes y comportamientos son características ontológicas que han buscado su par digital. El hombre a imagen y semejanza de la tecnología y la tecnología a imagen y semejanza del hombre es parte de esta refracción del yo y las múltiples versiones de sí mismo (Gubern, 2007).
            La flexible materialidad del homo signis radica en los niveles simbólicos y biológicos de los flujos. Simbólicamente introducen, amplifican, extienden, moldean la vida entera; en tono biológico los medios producen y reproducen nuestra inmaterialidad. En ellos se procesan, códigos, protocolos, convencionalismos, escritos y programas de nosotros en cualquier lugar, condición, con quien sea y de modo instantáneo.
            Nuestra intimidad entera está sujeta a contemplación e interpretación. La vida depende de esta sofisticada captura mediática. Movimiento, monitoreo y conexión son parte fundamental del sistema remoto y permanente de comunicación mediada que tiene hoy nuestra especie, la vida en el panóptico se vive como si fuera un reality show (Hidalgo Toledo, 2009).
            En la red y la pantalla la ilusión del yo es tan real como en el ámbito físico; de igual forma lo son las emociones y los conocimientos adquiridos.
            Los hipermedios hicieron tangible lo intangible, hicieron presentes a los ausentes; permitieron extender la memoria, la palabra y el aprendizaje; atraparon el pensamiento, se sincronizaron con el ojo e hicieron más comprensible el mundo.
            Los medios hicieron presente al mundo, le dieron nombre, lo fijaron, avivaron el sentimiento y encarnaron los significados. 
            Como interfaz que canaliza nuestros flujos sentimentales, resignificó la existencia orgánica. En los medios se estableció una compleja red de interacciones simbólicas que son las que le dan sentido y significado al mundo.
            Los medios se convirtieron en la interfaz, en el eje de la producción simbólica, en la nueva forma de captar el mundo, interpretarlo y semantizarlo. La vida mediada es vivir permanentemente en la condición del médium. Los medios son el metacódigo, la superficie significativa que hace que algo se vuelva fenómeno y susceptible de interpretación. Los medios son territorio, prótesis y comunicación.

3.       Conclusión. Ética y exclusión digital
Internet está hoy en el centro de la vida de muchas personas, está como afirmó en su momento Silverstone (2004) en el corazón de su capacidad o incapacidad para involucrarse en la dinámica del mundo moderno. Es un ente vital en el proceso de inclusión o exclusión social de los sujetos.
Manuel Castells en el capítulo “La divisoria digital: Una perspectiva global” (Castells, 2001), habla de la centralidad de internet en todos los órdenes de la vida moderna y, por tanto, convierte en marginales a quienes no tienen acceso a la red.
Internet es un medio para conseguir la libertad, la productividad y la comunicación; por tanto, denunciar la falta de acceso es denunciar una nueva forma de exclusión social.
El concepto de divisoria digital está vinculado a la desigualdad en el acceso a internet. Dicha divisoria, como lo muestra Castells puede darse a través de diversos indicadores:
1)             Ante la falta de acceso;
2)             Nivel de ingreso;
3)             Grado educativo;
4)             división por edad;
5)             por condición laboral;
6)             color de la piel;
7)             composición del hogar y la estructura familiar;
8)             división de género;
9)             carácter geográfico;
10)          etnia;
11)          lenguaje; acceso diferenciado por tipo de servicio de banda ancha de alta velocidad y,
12)          discapacidad.
El acceso diferencial deja entrever que la mayoría de las brechas se están cerrando: “cuanto más bajo sea el punto de partida, tanto mayores serán las probabilidades estadísticas de que aumente el ritmo de crecimiento, pero si se extrapola la tendencia, los índices de crecimiento convergerían para casi todas las categorías” (Castells, 2001, p. 279).
Algunos de los factores que están influyendo a que las desigualdades se reduzcan son:
1)             la caída de los precios de los ordenadores;
2)             el declive del PC y el desarrollo de otros medios tecnológicos para acceder a internet desde dispositivos portátiles;
3)             la oportunidad de acceso público desde escuelas, bibliotecas, centros sociales y trabajo;
4)             comunicación económica hacia sus países de origen;
5)             búsqueda de empleo;
6)             educación; y
7)             información médica (Hidalgo Toledo, 2011).
La divisoria digital afectará sólo a las capas más pobres y discriminadas de la población (Heim, 1993). El hecho de que desde su nacimiento tuviera lugar en condiciones de desigualdad social trajo consecuencias duraderas en la estructura y el contenido del medio.
En cuanto una fuente de desigualdad disminuye otra surge. Cuanto más flexible sea la tecnología de transmisión tanto más se aplicará la diferenciación de precios, ampliando la desigualdad basada en internet.
Existe la idea de que el acceso a la información, la educación y el aprendizaje a lo largo de la vida constituyen herramientas esenciales para el éxito en el trabajo y el desarrollo personal. Internet como herramienta de aprendizaje, por un lado, será tan eficiente como los profesores que la usen; por otro, existe una división entre hardware y conexión. Así mismo implica un cambio en el tipo de educación (aprender a aprender, habilidad para decidir qué queremos buscar, cómo obtenerlo, procesarlo y utilizarlo) que transforme la información en conocimiento y el conocimiento en acción (Castells, 2001, p. 287).
La relación entre desequilibrio educativo y divisoria digital están en:
1.              Las escuelas están territorial e institucionalmente diferenciadas racial y socialmente y existe una diferencia considerable entre colegios.
2.              Para el acceso a internet hacen falta mejores profesores equitativamente distribuidos.
3.              La pedagogía diferencia de las escuelas separa a los sistemas centrados en el desarrollo intelectual y personal del niño.
4.              Las familias asumen una gran parte de la responsabilidad de la educación de sus hijos.
La misma difusión de internet está avanzando en modo desigual en el mundo; es muy distinto el nivel de penetración en los países en vías de desarrollo. Pese a ello, se prevé una difusión rápida del acceso a Internet en los próximos años.
“El uso diferencial de internet en el mundo en vías de desarrollo se debe principalmente a la enorme diferencia en la infraestructura de telecomunicaciones, los proveedores de servicio internet y los proveedores de contenidos internet, así como a las estrategias que están siendo utilizadas para combatir esta diferencia (Castells, 2001, p. 290)”. De igual forma se debe:
1.              Al enfrentarse a los imperativos de la comunicación global las actividades clave no pueden esperar a la costosa y lenta modernización.
2.              Los proveedores de servicio internet tienden a depender de ejes troncales con los que aumentan los costes y la complejidad y se crean problemas en el diseño y mantenimiento de la red.
3.              Los proveedores de contenido están muy concentrados en unas pocas áreas metropolitanas.
4.              La concentración limita la utilidad y la conveniencia de los usos de internet.
5.              Está relacionado con el tipo de contenidos que encuentran las personas en la red; así como el que carezcan de la educación, conocimientos y habilidades para usar la tecnología para sus propios intereses y valores.
El auge de la nueva economía y la difusión de internet aumentaron la desigualdad económica, polarización, pobreza y exclusión. Las condiciones medioambientales se deterioran. “En las condiciones sociales e institucionales actualmente vigentes en nuestro mundo, el nuevo sistema tecnoeconómico contribuye al desarrollo desigual, con lo que aumenta simultáneamente la riqueza y la pobreza, la productividad y la exclusión social, con sus efectos diferencialmente distribuidos en diversas áreas del mundo y grupos sociales” (Castells, 2001, p. 294).
Es un serio problema la divisoria por:
1.              La extrema desigualdad social está ligada a la lógica de la conexión en red y de alcance global de la nueva economía.
2.              La educación, la información, la ciencia y la tecnología constituye las fuentes fundamentales de creación de valor en la economía basada en internet.
3.              Las carencias en educación y estructura informacional dejan a la mayor parte del mundo a expensas de los resultados de unos pocos segmentos globalizados de su economía.
4.              La conexión entre el desarrollo con la economía global es cada vez más vulnerable al torbellino de los flujos financieros globales, de la moneda nacional y la valoración de los mercados bursátiles.
5.              A medida que las nuevas tecnologías, los nuevos sistemas de producción, los nuevos mercados globales y la nueva estructura institucional del comercio mundial eliminan la tradición.
6.              Los gobiernos están cada vez más restringidos por los flujos de capital e información.
7.              Algunos tratan de adoptar una nueva forma de globalización (economía criminal global) conformada por redes transnacionales.
8.              Los gobiernos sufren una crisis de legitimidad generalizada.
9.              Se desarrolla el bandolerismo a gran escala.
El desarrollo sin internet sería equivalente a la industrialización sin electricidad. Internet es un nuevo entorno de comunicación planetario (Manovich, 2012). Como tecnología de la libertad sirve para liberar a los poderosos en su opresión informativa. Entre los retos que presenta están:
1)             la libertad misma;
2)             el problema de la exclusión;
3)             integración de la capacidad de procesamiento de la información y de generación de conocimientos;
4)             Necesidad de una nueva pedagogía basada en la interactividad, personalización y desarrollo de la capacidad de aprender y pensar de forma autónoma;
5)             Nuevos procesos de regulación institucional;
6)                  la degradación medioambiental.
Internet es una posibilidad para responsabilizarnos del mundo y sus actores (Chalfen, 2010); las herramientas que ofrece nos dan la oportunidad de convertirnos en productores de sentido; es quizá eso una de sus principales retos.

Referencias


Castells, M., 2001. La Galaxia Interne. Madrid, Plaza y Janés.
Chalfen, R., 2010. Snapshot Versions of Life. Ohio: Browling Green State University Popular Press.
Eco, U., 1990. Obra Abierta. Barcelona: Ariel.
Fernández Collado, C. & Hernández Sampieri, R., 2004. Marshall McLuhan, de la torre de marfil a la torre de control. México: Instituto Politécnico Nacional.
Goffman, E., 2009. La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu editores.
Gubern, R., 2007. Del bisonte a la realidad virtual: la escena y el laberinto. Barcelona: Anagrama.
Heim, M., 1993. The Metaphysics of Virtual Reality. New York: Oxford University Press.
Hidalgo Toledo, J. A., 2009. Vigilancia cooperativa y acompañamiento social. [En línea]
Available at: https://www.facebook.com/notes/jorge-alberto-hidalgo-toledo/vigilancia-cooperativa-y-acompa%C3%B1amiento-social/108341770139/
[Último acceso: 5 junio 2018].
Hidalgo Toledo, J. A., 2011. I-dentidad hipermedial: nuevos medios, nuevas audiencias, ¿nuevas identidades?. Revista del Centro de Investigación. Universidad La Salle, . enero-junio, 9(35), pp. 5-10.
Hidalgo Toledo, J. A., 2012. Ética en la era digital: desafíos frente a la comunicación globalizada. Revista Mexicana de Comunicación, Octubre-diciembre, 25(132), pp. 12-16.
Lipovetsky, G., Serroy, J. & Prometeo Moya, A., 2016. La estetización del mundo: vivir en la época del capitalismo artístico. Madrid: Anagrama.
Manovich, L., 2012. El lenguaje de los nuevos medios de comunicación: la imagen en la era digital. Buenos Aires: Paidós.
Paz Pellat, M. A., Cabrera Márquez, S. & Sánchez Olguín, H., 2009. Redes Sociales: La nueva oportunidad. México, D.F.: Fondo de Información y Documentación para la Industria (INFOTEC).
Silverstone, R., 2004. ¿Por qué estudiar los medios?. Buenos Aires: Amorrortu.




Fuente: Propia

Fuente: Propia basada en (Goffman, 2009)


Dr. Jorge Alberto Hidlgo Toledo
Doctor en Comunicación Aplicada por la Universidad Anáhuac. Actualmente es Coordinador Académico de Posgrados de la Facultad de Comunicación e Investigador del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada CICA, de la Universidad Anáhuac. México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Nivel 1. Fue presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación, CONEICC 2012-2015. Vicepresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC 2017-2019. Vicepresidente de Vinculación Académica de la Academia Mexicana de la Comunicación 2018-2020. Líneas de investigación: Internet, Sociedad de la Información, Nuevas tecnologías y Culturas Juveniles. Es coautor de los libros Medios y mediaciones en la cultura digital (2017); Signo vital: comunicación estratégica en la promoción de la salud (2011); y Comunicación Masiva en Hispanoamérica: Cultura y literatura mediática (2005). jhidalgo@anahuac.mx.  Av. Universidad Anáhuac 46, Col. Lomas Anáhuac, Huixquilucan, Estado de México, México, Cp. 52786. 5255 56270210 Ext. 8674





* Doctor en Comunicación Aplicada por la Universidad Anáhuac. Fue presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación, CONEICC 2012-2015. Vicepresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC 2017-2019. Vicepresidente de Vinculación Académica de la Academia Mexicana de la Comunicación 2018-2020. Actualmente es Coordinador Académico de Posgrados de la Facultad de Comunicación e Investigador del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada CICA, de la Universidad Anáhuac. Es coautor de los libros Medios y mediaciones en la cultura digital (2017); Signo vital: comunicación estratégica en la promoción de la salud (2011); y Comunicación Masiva en Hispanoamérica: Cultura y literatura mediática (2005). jhidalgo@anahuac.mx
[1] Categoría que refiere al usuario híbrido: Productor-Consumidor
[2] Interacción es definida como la interacción total que tiene lugar en cualquier ocasión en que un conjunto dado de individuos se encuentra en presencia mutua continua.
[3] Encuentro: sirve para los mismos fines que la interacción.
[4] Actuación (o performance): actividad total de un participante dado en una ocasión dada que sirve para influir de algún modo sobre los otros participantes.
[5] Papel (part) o rutina: La pauta de acción preestablecida que se desarrolla durante una actuación y que puede ser presentada o actuada en otras ocasiones. Es posible que cuando una persona o actuante represente el mismo papel para la misma audiencia en diferentes ocasiones, es probable que se desarrolle una relación social.
[6] El rol social: es la promulgación de los derechos y deberes atribuidos a un status dado. Un rol social implica uno o más papeles y cada uno de estos puede ser presentado por el actuante en una serie de ocasiones ante los mismos tipos de audiencia o eante una audiencia compuesta por las mismas personas.
[7] Apariencia se refiere a los estímulos que funcionan en el momento de informarnos acerca del status social del actuante. Estos informan acerca del estado ritual temporario del individuo.
[8] Los modales son los estímulos que funcionan en el momento de advertirnos acerca del rol de interacción que el actuante espera desempeñar en la situación que se avecina.

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