Prueba 1: texto, imagen y video
Desafíos en la era
digital: Identidad hipermedial, alfabetización mediática e Inclusión digital
Challenges in the digital
era. Hypermedia Identity, Media Literacy and Digital Inclusion
Universidad Anáhuac
Norte, México
Abstract
Cyberspace is a complex
phenomenon, which includes financing and corporate interests, the end of
property rights and moral codes; a hardware technology, a space for the
self-organization of the models, a space of confusion between the libertarian
ethic and the market and the political mechanisms, the productive sphere of
metaphors, a historical phase. The territories of cyberspace are production,
the use of new technologies, computer-mediated communities, studies of popular
culture in science and technology, the growth and qualitative development of
human communication mediated by computers and the economy cyberculture policy.
For all this, this work reflects on what it means to be and be in digital
spaces and the positioning that occupies the subject in the field of
virtuality. The hybrid and unfinished character of cyberspace (hybrid landscape
between regions, networks and fluids) and the subject as a cyborg (hybrid
between man, machine, text, image and symbolic fluids) offer us various ethical
dilemmas that must be explored, some of the addressed by the present text are:
hypermedial identity, media literacy and digital inclusion and exclusion.
Keywords: Internet, Information
society, Digital ethics, hypermedial identity, Media literacy
Resumen
El ciberespacio es un fenómeno
complejo, que incluye la financiación y los intereses corporativos, el fin de
los derechos de propiedad y los códigos morales; una tecnología de hardware, un espacio para la
auto-organización de los modelos, un espacio de confusión entre la ética
libertaria y el mercado y los mecanismos políticos, ámbito productivo de
metáforas, una fase histórica. Los territorios del ciberespacio son la
producción, el uso de las nuevas tecnologías, las comunidades mediadas por
computadoras, los estudios de la cultura popular en la ciencia y la tecnología,
el crecimiento y el desarrollo cualitativo de la comunicación humana mediada
por computadoras y la economía política de la cibercultura.
Por todo ello, este trabajo
reflexiona sobre lo que implica ser y estar en los espacios digitales y el
posicionamiento que ocupa el sujeto en el terreno de la virtualidad. El
carácter híbrido e inacabado del ciberespacio (paisaje híbrido entre región,
redes y fluidos) y el sujeto como un cyborg (híbrido entre hombre, máquina,
texto, imagen y fluidos simbólicos) nos ofrecen diversos dilemas éticos que hay
que explorar, algunos de los abordados por el presente texto son: identidad
hipermedial, alfabetización mediática e inclusión y exclusión digital.
Palabras clave: Internet, Sociedad
de la información, Ética digital, identidad hipermedial, Alfabetización
mediática
1.
Introducción.
Las dimensiones éticas de la era digital
Ya Roger Silverstone afirmaba: “Nuestro mundo mediatizado se está inundando rápidamente de mensajes y
llamados que hay que oír; un empalago de información, de placeres, de
persuasiones, para comprar, votar, escuchar” (Silverstone, 2004) . Al aplicar la ética
al entorno digital cada persona pasa a ser un agente moral, un mediador ético
de la realidad en el que tiene que mediar cada contenido entre las normas
sociales, sus responsabilidades, estándares legales y su propia dignidad como
persona (Hidalgo
Toledo, 2012) .
La
descentralización de la persona en la acción comunicativa digital colocaron en la
agenda mediática temas como privacidad, confidencialidad, veracidad,
honestidad, desregulación, indecencia, obscenidad, pornografía, equidad,
justicia social, derecho y acceso a la información, libertad de expresión y
manipulación. ¿Qué alternativa hay para involucrar al usuario en la
reflexión-acción ante estas temáticas? La vía que se propone es la
alfabetización medial e hipermedial.
Una
alfabetización medial e hipermedial integral permitiría: 1)
educar para la recepción crítica, activa y propositiva; 2) formar a los
individuos éticamente y para la autorregulación, la responsabilidad creativa y el manejo de la responsabilidad
legal; 3) educación para la comunicación y la mediación ética de la realidad;
4) evitar procesos de exclusión digital.
Mediante
la alfabetización medial e hipermedial se puede profundizar en la
acción educativa en la familia, la escuela y la sociedad; instruir y guiar a
niños y jóvenes; formar juicio crítico en receptores; establecer un diálogo
comprometido con los dueños de los medios y los anunciantes; fomentar un espíritu creativo
que promueva la vida como una experiencia significante; impulsar el sentimiento
artístico y la conciencia de la propia responsabilidad; dominar las técnicas de
difusión que impulsen una educación en medios e hipermedios; Promover contenidos que construyan una vida plena de sentido; plantear
una comunicación humanizada que dignifique los espacios; insistir en la coparticipación
activa de todos los sectores sociales
involucrados para dignificar la condición humana; desarrollar prácticas
multialfabetizadoras.
El
discurso abierto, que impulsan las
redes sociales, es como señala Umberto Eco: “una llamada a la responsabilidad, a
la elección individual, un desafío y un estímulo para el gusto, para la
imaginación, para la inteligencia” (1990) .
2.
Desarrollo:
La presentación del Yo en la era
digital. La dimensión axio y antropológica del self digital
¿Por qué partir desde las redes
sociales para analizar las prácticas
de construcción de identidades? Las redes sociales, tal como alguna vez enunció Roger
Silverstone refiriéndose a los medios de comunicación, están hoy en el centro de la
experiencia, en el corazón de la capacidad de muchos usuarios para encontrarle
un sentido al mundo en el que viven (Silverstone,
2004) .
Las redes constituyen hoy un nuevo campo, un territorio de interacción entre
los jóvenes, donde se posicionan como actores; donde circulan sus saberes,
donde se hibridan sus expresiones.
Las
redes sociales les están permitiendo a las
personas: 1) conectarse con sus seres queridos y pares generacionales
académicos y profesionales; 2) reunir amistades; 3) encontrar trabajo; 4)
compartir intereses, inquietudes y motivaciones. En el día a día, en el mundo off line, las redes sociales parecen
estar ocultas y se vuelven más valiosas dependiendo de las conexiones que
logran hacer visibles. Las redes sociales digitales (RSD) lo que han venido a
aportar es la visibilidad de dichas conexiones. Los usuarios lo que están
buscando en ellas, es establecer o reforzar sus contactos.
Escribir en las redes sociales digitales implica dominar el lenguaje de
interacción web; Internet tienen formas particulares
de sintaxis, semántica y pragmática que van más allá de los códigos
tradicionales de programación.
No hay que perder de vista que las redes sociales digitales son estructuras conformadas por
individuos que se vinculan para establecer distintos tipos de relaciones, así
como para potenciar las interrelaciones internas y externas que ya tenían con
otros grupos. Ahí las personas desean: 1) interactuar para satisfacer sus
necesidades y llevar a cabo roles específicos; 2) compartir un propósito
determinado; 3) interactuar mediante herramientas que facilitan la cohesión
entre todos los miembros; 4) administrar sus contactos; 5) crear contenidos de
interés para los demás (Paz Pellat,
et al., 2009) .
En las redes se ha alterado los modos de participación y
co-producción de sentido. Las redes están cumpliendo funciones que van desde:
facilitar la comunicación entre sus miembros; tender redes solidarias;
fortalecer la socialización de los sujetos; servir de
espacio para debatir ideas y convertir a los usuarios en fans de un tema, un
producto, un servicio o una marca.
Las redes están tomando los medios e hipermedios como soporte cultural
generacional. Se comunican con y a través de diferentes medios. Circulan de una
pantalla a otra. Se la viven reubicándose en estos espacios complejos para
otorgarse a sí mismos un lugar para autoproducirse e insertarse socialmente.
Dejaron de lado la actitud pasiva para ser consumidores activos y, a su vez,
productores de contenido simbólico socializador.
Ante la emergencia del prosumidor[1], la creación se ha
vuelto continua y colectiva declinando (en los contenidos virales) la figura
del autor. Las interfaces de conexión y convergencia
son múltiples. Los cibernautas se saben parte de una Era de la participación en
la que el mensaje es el lugar del diálogo; el mensaje es una posibilidad de
inventarse y reinventarse ante los otros.
Hoy las audiencias buscan protagonismo, ser parte de la producción
cultural. Impera en las redes el discurso sobre sí mismos, las
narrativas que exacerban el yo.
Existen en sus diálogos un culto por la imagen. En la red pareciera que todo
“está ocurriendo aquí”. Impera un fenómeno de cultura internacional con
retoques locales. La redes sociales son un territorio transfronterizo. Las grandes
tendencias se desagregan en microtendencias.
2.1.La presentación de la persona
en la vida digital
Erving Goffman (1959), en su ya
clásico texto La presentación de la
persona en la vida cotidiana (2009) , deja ver la
importancia que tiene para las personas adquirir información sobre los otros,
cuando se encuentran frente a ellos. A los interactuantes les interesa saber su
estatus socioeconómico, su concepto de sí mismo, la actitud que tienen hacia
ellos, su competencia, su integridad. La expresividad de los individuos
involucra dos actividades significantes: la expresión
que dan y la expresión que emana de
él; algo similar a la noción de biografía creada y la biografía autonarrada.
Por tanto, se vive infiriendo al otro.
Mantener interacciones implica leer al
otro, inferir, conocer y comprender. Para ello las personas se basan en
expresiones verbales, no verbales, interacciones teatrales e información
contextual. Las impresiones se fundamentan en lo que otros recogen, correcta o
incorrectamente. Toda información influye en la toma de decisión y en la manera
como habrán de actuar entre sí. Por tanto, siempre habrá asimetrías
comunicativas. Las personas sólo tienen conciencia de una parte y de una vía de
su comunicación. Para tratar de romper toda asimetría entre lo comunicado y lo
percibido, los sujetos “montan escenografías” y preparan juegos de información.
Los individuos hacen verdaderos esfuerzos, casi artísticos, para penetrar e
interpretar al otro. Las interacciones son interpretaciones. Cada acercamiento
aporta elementos para impulsar adiciones, contradicciones y modificaciones.
Ante esto puntualiza Goffman: “La sociedad está organizada sobre el principio
de que todo individuo que posee ciertas características sociales tiene un derecho
moral a esperar que otros lo valoren y lo traten de manera apropiada. En
conexión con este principio hay un segundo, a saber: que un individuo que
implícita o explícitamente pretende tener ciertas características sociales
deberá ser en la realidad lo que alega ser” (2009) .
Ante este hecho
Goffman distingue entre interacción[2]/encuentro[3],
actuación[4]
y papel[5]
o rutina y rol social[6]
(Ilustración 1)
Todos los
individuos ofrecen su actuación y presentan su función para el beneficio de los
otros. Creen en sus propios actos y están convencidos de que la impresión de
realidad que ponen en escena es la verdadera realidad. Todos, por tanto,
desempeñan un rol; es en esos roles donde se conocen mutuamente y a sí mismos.
Siguiendo a
Goffman, la presencia del sujeto en sociedad se da en el marco de una actuación
ante el otro. Las personas establecen el medio (setting) donde habrán de presentar su representación, de ahí que la secuencia sea establecer una fachada o dotación expresiva intencional o inconsciente durante la
actuación para posteriormente prestar atención a las dotaciones de signos (sign-equipments) que operan como
vehículos de transmisión simbólica (insignias de cargo, vestido, sexo, edad,
características raciales, tamaño y aspecto, pautas de lenguaje, expresiones
faciales y gestos corporales). Dada la movilidad o transitoriedad de algunos
aspectos de la actuación el usuario modifica algunos estímulos como su
apariencia[7]
o sus modales[8]; sin embargo, siempre
esperamos cierta coherencia confirmatoria entre la apariencia y los modales.
Los observadores necesitan estar familiarizados con el vocabulario propio de
las fachadas y saber responder ante estas.
“Una fachada
social determinada tiende a institucionalizarse en función de las expectativas
estereotipadas abstractas a las cuales da origen y tiende a adoptar una
significación y estabilidad al margen de las tareas específicas que en ese
momento resultan ser realizadas en su nombre. La fachada se convierte en una
representación colectiva y en una realidad
empírica por propio derecho” (Goffman, 2009, p. 41) .
La fachada es seleccionada por el individuo,
con ella establece su realización dramática buscando la idealización,
tergiversación, mistificación generando con ello una noción de realidad o
artificio (Ilustración 2).
En el contexto
digital ocurre lo mismo, el usuario
también establece en las redes su montaje; su setting. En él tiene una apariencia (appearance) representada por su foto de perfil y sus modales (manner), expresados en cada uno de sus post o comentarios. En las redes emplea
todo tipo de expresiones simbólicas para llevar a cabo su realización dramática
y pintarán con ellas hechos confirmativos para no pasar inadvertidos.
El internauta
moldea y modifica su actuación para adecuarla a la comprensión y expectativa de
los otros usuarios ante los cuales se presenta. Así mostrará una impresión
idealizada de sí mismo; incorporando y ejemplificando los valores oficialmente
acreditados por la sociedad o las comunidades virtuales de pertenencia. Este es el
caso de los adolescentes que se saben recatados y poco sociables en el salón de
clase, pero que en su perfil de Facebook se muestran socializando en
bares o fiestas, sonrientes, contando chistes, en expresiones alegres, rodeados
de muchos amigos, siendo el alma de la fiesta.
Ante la
idealización de los estratos superiores algunos usuarios postean mensajes en
Facebook o construyen tableros en
Pinterest en los que muestran sus aspiraciones, embelleciendo e iluminando sus
actuaciones diarias. Ahí pueden publicar símbolos de status tomando posesión y
expresando todo tipo de capital simbólico, social,
cultural o digital.
Entre lo
proyectado y la realidad siempre existe una cuña desconcertante, una diferencia, una brecha que el sujeto tratará de compensar fallos derivados
la incapacidad comunicativa, la ansiedad o desinterés interactuante o falta de
dirección dramática. Todas estas disrupciones tratarán de ser evitadas. Existe
la posibilidad de que los mismos miembros de una comunidad de significación
establezca disimuladamente una vigilancia cooperativa para velar porque se
mantenga una coherencia y se evite todo tipo de falsa enunciación, transgresión
de espacios o transgresión.
“La coherencia
expresiva requerida para toda actuación señala una discrepancia fundamental
entre nuestros “sí mismos” demasiado humanos y nuestros “sí mismos”
socializados” (Goffman, 2009, p. 71) . De esta forma todos
pintamos un retrato, un avatar, un algo que nos representa y nos exhibe. Todo
elemento simbólico es artificio, complemento de ese imaginario que se
arregla y se propone ante la percepción.
El otro, espectador, acepta o recha nuestra
representación en función del grado de
verosimilitud o empatía discursiva que se logra establecer. Tergiversar la
realidad, simular, engañar, sustituir o modificar los modales con tal de ser
aceptado y socializar, era una fase notoria en la primera etapa de la red. Con
la articulación que permiten las redes sociales y la manera como los algoritmos de las
interfaces exhiben todo a todos, se
vuelve cada vez más difícil mentir y simular.
Los usuarios se
han vuelto hipersensibles lectores de la simulación simbólica. Distinguen a
través de las mismas imágenes expuestas, verbalizaciones, actitudes, sistemas
de relaciones y conexiones si alguien está o no diciendo la verdad. Los
usuarios van poco a poco desarrollando estrategias para desacreditar
pretensiones o simulaciones. Aquellos que fingen, engañan, defraudan si son
identificados pueden perder su armadura simbólica tras el descredito que harían
el resto de los usuarios quien fácilmente podrían desenmascararlos antes sus
pares u otros nodos de conexión. De ahí que una serie de valores primordiales
en el entorno digital sean la validación consensual, la confianza y la
reputación digital. Ganar legitimidad, credibilidad y respeto es prioritario
para el usuario digital.
Los internautas
gustan de valorar su reputación en plataformas como Klout, Kred y Peer Index
que miden la reputación en línea. La definición social se mide en la
consistencia de la personificación. Los usuarios digitales se han vuelto
estrategas de su propia comunicación cuidando que las alusiones indirectas, las
ambigüedades y omisiones no tergiversen ni desconcierten al otro de la imagen
que ya han creado de sí.
Las redes
acentúan, amplifican u ocultan asuntos, actitudes y percepciones. De pronto
mistifican y sacralizan expresiones por un lado e idealizan otras. Lo real y lo
artificioso convergen todo el tiempo. Entre la actuación, la puesta en escena y
el yo real, se establece el
psicodrama de las redes. Los usuarios representan múltiples roles, pero a su
vez expresan manifiestan múltiples expresiones identitarias.
Las redes se
han vuelto un vertiginoso espacio estructurante, simbólico, de representaciones
e idealizaciones, en el que fluyen recuerdos, hechos, simulaciones, sketches; en el que todo tiene noción de
simulación y realidad. Desde ese territorio de representación se replantean posiciones,
status, lugares sociales. Ahí se materializan simbólicamente expresiones,
conductas, formas de expresión de la identidad. Esa teatralidad es la que se tratará de comprender a
continuación.
https://www.youtube.com/watch?v=NOK5rgekKis
2.2. Ser
y estar en el entorno digital
“La comunicación móvil
cambió mi vida en todo!
Ya no recuerdo la vida
sin celular”
(Sujeto Informante Digital, SID129, México, DF, México)
Nuestra experiencia de navegación
e inmersión diaria y permanente a través de múltiples medios, se ha vuelto más
compleja e invasiva. En esa interlocución de los medios con nuestra vida, poco a poco han logrado
escribir, grabar, almacenar, acceder, controlar, coleccionar y potenciar
nuestra existencia.
El
homo signis digitalis puede llevar un
diario electrónico de su vida, transmitir,
compartir, guardar y publicar sus
experiencias en tiempo real. Hoy los hombres se han vuelto curadores de su
propia existencia, maquinarias y algoritmos generadores de información,
escaparates de su propia soledad.
La
vida mediada nos vuelve vulnerables, mercancía digna de consumo, de contemplación (Lipovetsky, et al., 2016) . Ser visto pareciera
ser más importante que ser. La conexión social es un acto de comunicación, una
vía de sentirse formar parte de algo, de pertenecer a una comunidad, de poseer
el mismo o mejor capital social que los pares.
Vivir
en los medios implica sobreestimar el
poder de las acciones, los juicios y las proyecciones de nosotros mismos. Esta
conexión y desconexión indolora nos lleva a vivir en la superficie, en la
representación figurativa de nuestros vínculos con los otros; en la fotografía y montaje de nuestras
negociaciones.
Simulación,
sustitución y representación se remezclan en la vida mediada. La i-dentidad
hipermedial no es otra cosa que esa grabación de nuestros datos almacenados en
la red. Somos entonces esa comunicación continua de información que describe
atmósferas, estados de ánimo, habilidades y actitudes nuestras.
Como
dispositivos de maravilla nuestra identidad fluye entre la acción, la grabación
y la memoria.
En
la sociedad de la información no existe vida fuera del dato, de los flujos, de
la acumulación y la circulación de performatividades textuales, icónicas,
sonoras, y audiovisuales. La dimensión líquida de nuestra vida subyace en los
terrenos del código, en la materialidad simbólica del lenguaje encarnado.
Medium
y fantasma ocupan un mismo cuerpo; materialidad e inmaterialidad están
asociados al mismo signo (Fernández Collado & Hernández Sampieri, 2004) ; creación y
autocreación son condiciones de nuestra naturaleza. Entre más proyectamos, más
mimetizamos.
Expectativas,
actitudes y comportamientos son características ontológicas que han buscado su
par digital. El hombre a imagen y semejanza de la tecnología y la tecnología a
imagen y semejanza del hombre es parte de esta refracción del yo y las múltiples versiones de sí mismo (Gubern, 2007) .
La
flexible materialidad del homo signis
radica en los niveles simbólicos y biológicos de los flujos. Simbólicamente
introducen, amplifican, extienden, moldean la vida entera; en tono biológico
los medios producen y reproducen
nuestra inmaterialidad. En ellos se procesan, códigos, protocolos,
convencionalismos, escritos y programas de nosotros en cualquier lugar,
condición, con quien sea y de modo instantáneo.
Nuestra
intimidad entera está sujeta a contemplación e interpretación. La vida depende
de esta sofisticada captura mediática. Movimiento, monitoreo y conexión son
parte fundamental del sistema remoto y permanente de comunicación mediada que tiene hoy nuestra
especie, la vida en el panóptico se vive como si fuera un reality show (Hidalgo Toledo,
2009) .
En
la red y la pantalla la ilusión del yo es tan real como en el ámbito físico; de
igual forma lo son las emociones y los conocimientos adquiridos.
Los
hipermedios hicieron tangible lo
intangible, hicieron presentes a los ausentes; permitieron extender la memoria,
la palabra y el aprendizaje; atraparon el pensamiento, se sincronizaron con el
ojo e hicieron más comprensible el mundo.
Los
medios hicieron presente al mundo,
le dieron nombre, lo fijaron, avivaron el sentimiento y encarnaron los
significados.
Como
interfaz que canaliza nuestros
flujos sentimentales, resignificó la existencia orgánica. En los medios se estableció una compleja red de
interacciones simbólicas que son las que le dan sentido y significado al mundo.
Los
medios se convirtieron en la
interfaz, en el eje de la producción simbólica, en la nueva forma de
captar el mundo, interpretarlo y semantizarlo. La vida mediada es vivir
permanentemente en la condición del médium. Los medios son el metacódigo, la
superficie significativa que hace que algo se vuelva fenómeno y susceptible de
interpretación. Los medios son territorio, prótesis y comunicación.
3.
Conclusión.
Ética y exclusión digital
Internet está hoy en el centro de
la vida de muchas personas, está como afirmó en su momento Silverstone (2004) en el corazón de su
capacidad o incapacidad para involucrarse en la dinámica del mundo moderno. Es
un ente vital en el proceso de inclusión o exclusión social de los sujetos.
Manuel Castells
en el capítulo “La divisoria digital: Una perspectiva global” (Castells, 2001) , habla de la
centralidad de internet en todos los órdenes de la vida moderna y, por tanto,
convierte en marginales a quienes no tienen acceso a la red.
Internet es un
medio para conseguir la libertad, la productividad y la comunicación; por
tanto, denunciar la falta de acceso es denunciar una nueva forma de exclusión
social.
El concepto de
divisoria digital está vinculado a la desigualdad en el acceso a internet.
Dicha divisoria, como lo muestra Castells puede darse a través de diversos
indicadores:
1)
Ante la falta de acceso;
2)
Nivel de ingreso;
3)
Grado educativo;
4)
división por edad;
5)
por condición laboral;
6)
color de la piel;
7)
composición del hogar y la estructura
familiar;
8)
división de género;
9)
carácter geográfico;
10)
etnia;
11)
lenguaje; acceso diferenciado por tipo de
servicio de banda ancha de alta velocidad y,
12)
discapacidad.
El acceso
diferencial deja entrever que la mayoría de las brechas se están cerrando:
“cuanto más bajo sea el punto de partida, tanto mayores serán las probabilidades
estadísticas de que aumente el ritmo de crecimiento, pero si se extrapola la
tendencia, los índices de crecimiento convergerían para casi todas las
categorías” (Castells, 2001, p. 279) .
Algunos de los
factores que están influyendo a que las desigualdades se reduzcan son:
1)
la caída de los precios de los
ordenadores;
2)
el declive del PC y el desarrollo de otros
medios tecnológicos para acceder a internet desde dispositivos portátiles;
3)
la oportunidad de acceso público desde
escuelas, bibliotecas, centros sociales y trabajo;
4)
comunicación económica hacia sus países de
origen;
5)
búsqueda de empleo;
6)
educación; y
7)
información médica (Hidalgo Toledo, 2011) .
La divisoria
digital afectará sólo a las capas más pobres y discriminadas de la población (Heim, 1993) . El hecho de que
desde su nacimiento tuviera lugar en condiciones de desigualdad social trajo
consecuencias duraderas en la estructura y el contenido del medio.
En cuanto una
fuente de desigualdad disminuye otra surge. Cuanto más flexible sea la
tecnología de transmisión tanto más se aplicará la diferenciación de precios,
ampliando la desigualdad basada en internet.
Existe la idea
de que el acceso a la información, la educación y el aprendizaje a lo largo de
la vida constituyen herramientas esenciales para el éxito en el trabajo y el
desarrollo personal. Internet como herramienta de aprendizaje, por un lado,
será tan eficiente como los profesores que la usen; por otro, existe una
división entre hardware y conexión. Así mismo implica un cambio en el tipo de
educación (aprender a aprender, habilidad para decidir qué queremos buscar,
cómo obtenerlo, procesarlo y utilizarlo) que transforme la información en conocimiento
y el conocimiento en acción (Castells, 2001,
p. 287) .
La relación
entre desequilibrio educativo y divisoria digital están en:
1.
Las escuelas están territorial e
institucionalmente diferenciadas racial y socialmente y existe una diferencia
considerable entre colegios.
2.
Para el acceso a internet hacen falta
mejores profesores equitativamente distribuidos.
3.
La pedagogía diferencia de las escuelas
separa a los sistemas centrados en el desarrollo intelectual y personal del niño.
4.
Las familias asumen una gran parte de la
responsabilidad de la educación de sus hijos.
La misma
difusión de internet está avanzando en modo desigual en el mundo; es muy
distinto el nivel de penetración en los países en vías de desarrollo. Pese a
ello, se prevé una difusión rápida del acceso a Internet en los próximos años.
“El uso
diferencial de internet en el mundo en vías de desarrollo se debe
principalmente a la enorme diferencia en la infraestructura de
telecomunicaciones, los proveedores de servicio internet y los proveedores de
contenidos internet, así como a las estrategias que están siendo utilizadas
para combatir esta diferencia (Castells, 2001, p. 290) ”. De igual forma se
debe:
1.
Al enfrentarse a los imperativos de la
comunicación global las actividades clave no pueden esperar a la costosa y
lenta modernización.
2.
Los proveedores de servicio internet
tienden a depender de ejes troncales con los que aumentan los costes y la
complejidad y se crean problemas en el diseño y mantenimiento de la red.
3.
Los proveedores de contenido están muy
concentrados en unas pocas áreas metropolitanas.
4.
La concentración limita la utilidad y la
conveniencia de los usos de internet.
5.
Está relacionado con el tipo de contenidos
que encuentran las personas en la red; así como el que carezcan de la
educación, conocimientos y habilidades para usar la tecnología para sus propios
intereses y valores.
El auge de la
nueva economía y la difusión de internet aumentaron la desigualdad económica, polarización,
pobreza y exclusión. Las condiciones medioambientales se deterioran. “En las
condiciones sociales e institucionales actualmente vigentes en nuestro mundo,
el nuevo sistema tecnoeconómico contribuye al desarrollo desigual, con lo que
aumenta simultáneamente la riqueza y la pobreza, la productividad y la
exclusión social, con sus efectos diferencialmente distribuidos en diversas
áreas del mundo y grupos sociales” (Castells, 2001,
p. 294) .
Es un serio
problema la divisoria por:
1.
La extrema desigualdad social está ligada
a la lógica de la conexión en red y de alcance global de la nueva economía.
2.
La educación, la información, la ciencia y
la tecnología constituye las fuentes fundamentales de creación de valor en la economía
basada en internet.
3.
Las carencias en educación y estructura
informacional dejan a la mayor parte del mundo a expensas de los resultados de
unos pocos segmentos globalizados de su economía.
4.
La conexión entre el desarrollo con la
economía global es cada vez más vulnerable al torbellino de los flujos
financieros globales, de la moneda nacional y la valoración de los mercados
bursátiles.
5.
A medida que las nuevas tecnologías, los
nuevos sistemas de producción, los nuevos mercados globales y la nueva estructura
institucional del comercio mundial eliminan la tradición.
6.
Los gobiernos están cada vez más
restringidos por los flujos de capital e información.
7.
Algunos tratan de adoptar una nueva forma
de globalización (economía criminal global) conformada por redes
transnacionales.
8.
Los gobiernos sufren una crisis de
legitimidad generalizada.
9.
Se desarrolla el bandolerismo a gran
escala.
El desarrollo
sin internet sería equivalente a la industrialización sin electricidad.
Internet es un nuevo entorno de comunicación planetario (Manovich, 2012) . Como tecnología de
la libertad sirve para liberar a los poderosos en su opresión informativa.
Entre los retos que presenta están:
1)
la libertad misma;
2)
el problema de la exclusión;
3)
integración de la capacidad de
procesamiento de la información y de generación de conocimientos;
4)
Necesidad de una nueva pedagogía basada en
la interactividad, personalización y desarrollo de la capacidad de aprender y
pensar de forma autónoma;
5)
Nuevos procesos de regulación
institucional;
6)
la degradación medioambiental.
Internet es una
posibilidad para responsabilizarnos del mundo y sus actores (Chalfen, 2010) ; las herramientas
que ofrece nos dan la oportunidad de convertirnos en productores de sentido; es
quizá eso una de sus principales retos.
Referencias
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Aires: Amorrortu.
Fuente: Propia
Fuente: Propia basada en (Goffman, 2009)
Dr. Jorge Alberto Hidlgo
Toledo
Doctor en Comunicación Aplicada por la Universidad Anáhuac. Actualmente
es Coordinador Académico de Posgrados de la Facultad de Comunicación e
Investigador del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada CICA, de
la Universidad Anáhuac. México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Nivel 1. Fue presidente del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación
de las Ciencias de la Comunicación, CONEICC 2012-2015. Vicepresidente de la
Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, AMIC 2017-2019.
Vicepresidente de Vinculación Académica de la Academia Mexicana de la
Comunicación 2018-2020. Líneas de
investigación: Internet, Sociedad de la Información, Nuevas tecnologías y
Culturas Juveniles. Es coautor de los libros Medios y mediaciones en la cultura digital (2017); Signo vital: comunicación estratégica en la
promoción de la salud (2011); y Comunicación
Masiva en Hispanoamérica: Cultura y literatura mediática (2005). jhidalgo@anahuac.mx. Av. Universidad Anáhuac 46, Col. Lomas
Anáhuac, Huixquilucan, Estado de México, México, Cp. 52786. 5255 56270210 Ext. 8674
* Doctor en
Comunicación Aplicada por la Universidad Anáhuac. Fue presidente del Consejo
Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación,
CONEICC 2012-2015. Vicepresidente de la Asociación Mexicana de Investigadores
de la Comunicación, AMIC 2017-2019. Vicepresidente de Vinculación Académica de
la Academia Mexicana de la Comunicación 2018-2020. Actualmente es Coordinador
Académico de Posgrados de la Facultad de Comunicación e Investigador del Centro
de Investigación para la Comunicación Aplicada CICA, de la Universidad Anáhuac.
Es coautor de los libros Medios y
mediaciones en la cultura digital (2017); Signo vital: comunicación estratégica en la promoción de la salud
(2011); y Comunicación Masiva en
Hispanoamérica: Cultura y literatura mediática (2005). jhidalgo@anahuac.mx
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